¿Cómo funciona la mente?
Las creencias que cada uno tenemos, no son verdades sino ideas. A pesar de que creamos en ellas, pueden llegar a ser falsas.
Lo que nos decimos a nosotros mismos es más importante de lo que creemos, ya que toda creencia que asumamos como verdad, sea cierta o no, tiende a manifestarse en nuestra vida.
Pongamos un ejemplo, si reaccionamos a una frase como “Soy un inútil”, como si de verdad lo fuéramos, esta creencia buscará confirmarse para mantener la coherencia interna. ¿Y sabes cómo se confirma? A través de nuestros actos, actuando como si fuéramos inútiles y pareciendo inútiles.
Para liberarnos de esto debemos empezar a considerar los pensamientos como lo que son: simplemente ideas que pueden ser ciertas o no. Por tanto, ante cualquier pensamiento que nos pase por la cabeza, debemos valorarlo correctamente y darnos cuenta de que:
- Los pensamientos pueden ser ciertos o no, no siempre coinciden con la realidad.
- Los pensamientos no siempre son verdad; por tanto, no debemos creerlos ciegamente.
- Los pensamientos no siempre se deben tomar en serio y darles importancia
- Los pensamientos no son órdenes; no debemos obedecerlos automáticamente.
- Los pensamientos no siempre son sabios, por tanto, no siempre debemos seguir su consejo.
Para librarnos de su poder debemos cuestionarlos para distinguir aquellos que nos resultan útiles de los que no lo son. Y aquellos que no nos son útiles lo mejor es ignorarlos. ¿Cómo se hace esto? Cuando empiezo a pensar que “soy un inútil”, en vez de reaccionar sintiéndome mal, debo darme cuenta que sólo es un pensamiento y no darle más importancia. Darme cuenta que no me es útil creerme eso, no tomarlo en serio.
Es mejor decirse a uno mismo: “estoy teniendo el pensamiento de que soy un inútil; solo es un pensamiento y como no me resulta útil, lo ignoro”.
Así los pensamientos tóxicos pierden el poder que ejercen sobre nosotros y no permitimos que nos afecten ni que traten de confirmarse manifestándose en nuestra vida.
Para trabajar la mente es necesario hacer un esfuerzo de auto-observacion y tener un auténtico propósito de cambio